Siempre me han gustado los espacios espirituales porque están llenos de emociones. Algunos nos hacen sentir pequeños y asombrados, otros nos hacen sentir grandes e iluminados. Usualmente las emociones que producen no son sutiles. Las sensaciones transmitidas son intensas y se refuerzan con la fe que albergan.
El templo Bahá’í en Chile no es excepción. Fue inaugurado en el 2016 y es el último templo continental.
Fe Bahá’í
La fe Bahá’í considera que todas las religiones vienen de un mismo creador y que los profetas de las diferentes religiones son sus mensajeros. Sus principios persiguen la unidad de la humanidad y las religiones, la igualdad de género, la armonía entre ciencia y religión y la paz, entre otros. El templo, entonces, está abierto a quien quiera disfrutar de un espacio para reflexionar.
El templo
El templo está ubicado en Peñalolén; tiene la ciudad de Santiago a sus pies y está rodeado por la la Cordillera de Los Andes. La ubicación era un punto importante de su diseño: su geometría circular permite una vista espectacular desde cada punto. Además, pronto se rodeará de vegetación más tupida, de modo que esta abrace el templo.
Fue diseñado por el la oficina canadiense Hariri Pontarini Architects, liderada por el arquitecto Siamak Hariri. Durante el proceso de diseño, la luz fue una de las principales fuentes de inspiración. La luz da esperanza y vida, es cambiante y transforma lo que toca. Con base en estas ideas, el templo se diseñó como una gran cúpula de 30m de altura. La cúpula está compuesta por 9 «pétalos» o franjas cubiertas con piedra que permite el paso de la luz.
Los pétalos no están completamente cerrados, de manera que la luz también se infiltra directamente a través de las aperturas y, conforme el día avanza, la luz va jugando con las texturas internas del templo. El tono de las paredes va cambiando con el paso del día y de noche, la «flor» emana luz.
Los espacios diseñados para diferentes religiones pueden tener un orden o composición distinto pero tienen una base común: todos alaban la luz, sugieren movimiento (sea físico o emocional) y transmiten la base común que, a mi parecer, comparten todas las religiones: paz, tranquilidad y amor.
Aquí les dejo una charla del arquitecto en su búsqueda de diseño de este espacio sagrado.
Fotografías: Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Chile + Hariri Pontarini Architects. Obtenidas de aquí.
Fuentes: Plataforma Urbana, TED, Wikipedia