El diseño de los espacios está programado para que sintamos emociones distintas según su función. En el caso de las iglesias, los teatros y los auditorios, las tres tienen en común su tamaño: las personas nos sentimos pequeñas dentro de la enormidad y grandeza de estos espacios. Casi que la admiración se vuelve una respuesta obligatoria.
La Basílica de los Ángeles es uno de los espacios espirituales más poderoso de Costa Rica y, como tal, no es una excepción a esa magnificencia, incluso si uno no comparte la fe católica.
El juego de alturas crea una sensación de grandeza. La complejidad de la estructura en arcos y bóvedas funciona a la vez como la misma estética del espacio. El color y la luz se confabulan para resaltar algunos detalles y llamar la atención de las personas.
Estos son solo algunas de las razones por las que este espacio es digno de lo que contiene. Sin duda es un espacio que respira por si mismo y que despierta emociones en las personas.
Fotografías: Manuel Alberto Barquero Z.