Alma: Aquello que da espíritu, aliento y fuerza a algo. La sustancia o parte principal de cualquier cosa. La viveza, espíritu o energía. (Diccionario de la Real Academia Española).
El alma está en los detalles. Aplica para la vida, para las relaciones humanas, para las mascotas. Aplica para la arquitectura. Son los detalles, las pequeñas cositas únicas, los pedidos particulares los que hacen que nuestro cuarto sea nuestro cuarto, que nuestra casa sea nuestro sueño.
La combinación de detalles, uno tras otro. Pensados, planeados, diseñados y construidos para nosotros como seres únicos es lo que hace que una casa o edificio pase de ser una casa cualquiera a una pieza arquitectónica con alma.
El alma no está en el presupuesto. Aunque, debemos ser claros, el presupuesto ayuda, el alma realmente está en el trabajo consciente, el apoyo dueños – arquitecta durante el proceso de diseño y construcción. ¡Ahí está la magia! La chispa que permite un espacio con emociones, lleno de vida desde el minuto uno.
Hoy, como habrán notado, quiero hablar de arquitectura con alma. Pero, antes de hacerlo expondré un par de apuntes sobre casas pre-diseñadas y arquitectura de alto presupuesto. Con su permiso…
¡El sueño de su vida! ¡Tener su casa propia! ¡Propia! ¡Suya! Pero igual a las otras 450 casas del condominio y a las 2.500 otras casas desarrolladas por la misma empresa… tan suya. ¡Y no! No estoy criticando el modelo de construcción en serie, ni mucho menos a quienes decidieron – por conveniencia o ignorancia – que deseaban vivir así. Solo digo que, siendo un sueño, eso por lo que uno trabaja literalmente la vida, debería ser suyo propio, ¿no? Ajustarse a sus necesidades y a su vida y no alrevés, que usted ajuste su vida al plan cajonero que todas, absolutamente todas las casas pre-hechas utilizan (sí ya sé que está pensando en cómo la casa de ese amigo y ese otro amigo son y se sienten iguales, aún cuando están en lugares distintos).
Y… ¿sabe por qué lo usan? ¡Simple! Porque es lo más barato de replicar en serie para la empresa constructora… Construyen sacando el máximo provecho al dinero pero a la vez, le venden a usted a un sobreprecio significativo. Una que usted construya, con las mismas características de las del condominio pre-hecho, sale significativamente más barata.
Eso me lleva al otro tema… ¡El presupuesto y el mito!
“Para tener buena arquitectura hay que tener plata! Mejor me conformo con un diseño pre-hecho.”
¡Mentira! O bueno, no mentira… porque ¿cómo no va a salir un buen diseño, un buen espacio de un presupuesto de $1.500 ó $2.000 el metro cuadrado? ¿Cómo no va a parecer una casa de revista un proyecto con presupuesto casi ilimitado para todas sus etapas, desde el diseño hasta la construcción y el espacio interno?
¿Cómo no va a ser una casa de premios esa que está en el risco más recóndito de la playa o en la punta de la montaña del residencial exclusivo? ¡Más vale que sea así!
Pero, lo importante, y lo que me gustaría que a usted le quede de este texto es que, arquitectura cara y arquitectura con alma – de calidad – son dos cosas muy distintas.
¡Y lo sé de primera mano! Lo descubro cuando José – nombre ficticio, por aquello – recuerda cómo desde la primera entrega de diseño se vio soñando con su casa, disfrutando los espacios y descubriendo cómo eso era exactamente lo que imaginaba. Sí, el poder abrir la puerta – ventana de su cuarto y salir a un exuberante jardín, precedido por un delicioso árbol de mandarinas.
Lo sé al ver que esa casa, de no más de 135 metros cuadrados, se amplifica gracias a sus alturas y distribución en tres medio niveles. ¡Cómo el programa arquitectónico permite una combinación perfecta de espacios públicos y privados! Como, por solicitud de José y Ana las ventanas se abren hacia los lados del lote y no hacia el frente para mantener su privacidad e intimidad y así, a la vez, evitar tener una vista directa hacia sus vecinos.
Pero también lo noto en la casa con un poco más de presupuesto. Una vivienda de lujo con detalles en cada espacio. Áreas comunes amplias, que responden a los gustos y preferencias de sus dueños. Una primera planta que, si así se desea, es un solo espacio para albergar una gran fiesta o más bien ambientes independientes para que él esté con sus amigos en uno y ella, con las suyas en otro.
Lo noto en cada proceso de diseño en el que, desde los primeros bosquejos de papel se empieza a asomar ese rompecabezas hasta que se completa. Un complemento entre la imaginación de la diseñadora, los gustos de los clientes y por supuesto, las necesidades y limitaciones del presupuesto.
Casas todas de presupuestos variados… De $600, $700 u $800 el metro cuadrado. Casas pagables por usted o por mí… Llenas de detalles, de cuidados por aquí y por allá… De alma. Su alma, ese espíritu único suyo y de su familia.
¿Por qué no soñar con arquitectura con alma? ¿Por qué no dejar que su sueño de casa propia sea el de SU casa y no el de los gustos de otra persona?
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Aclaración importante: Hablo en este artículo sobre el trabajo de la Arquitecta Melissa Rudin, quien además de ser una excelente profesional y redactora principal de espacio, es mi esposa. Debo aclarar que, mis palabras solo reflejan lo que he visto una y otra vez de su trabajo con sus clientes y procuran dejar de lado mis sentimientos personales hacia ella. ¡Al fin de cuentas! Así como su profesión es la arquitectura, la mía es la escritura y por ende, me debo a ese rigor periodístico.