El sector construcción es una gran fuerza de la economía: Construimos casas, torres, calles, aceras… ¡pavimento! Todo para una forma de vida más conectada y funcional. ¡Excelente! ¿Cierto? Después de todo, para muchos los patios no son metros cuadrados habitables y las áreas verdes de las calles no son vendibles.
Como humanidad, en su mayoría, nos expandimos por el terreno sin mayor cuidado a la naturaleza. En la emoción del momento pensamos egoístamente sobre nuestros proyectos, sean casas, desarrollos inmobiliarios o lo que sean. Queremos maximizar el área funcional, aún si esto va en detrimento del mundo natural.
Imagen satelital de San José, Costa Rica. Obtenida de Google Maps en 02-2022
Las ciudades se han llenado de construcciones y cada día se vacían de verdor. ¡Irónico! La naturaleza aporta a la felicidad de los seres humanos. Estudios de Stanford University muestran que el rodearse de naturaleza mejora el estado emocional y cognitivo de las personas, baja el nivel de estrés y hasta mejora el rendimiento de ciertas tareas. Esto es nada más una pincelada de los beneficios que el contacto con la naturaleza brinda.
Si vamos más allá de los humanos, la trama natural es esencial para el funcionamiento del mundo. Un corredor verde atrae fauna, mitiga la contaminación sonora, mejora la calidad de aire y permite el desarrollo y la prosperidad de la naturaleza.
Hoy en día nuestros planes de urbanización (en el caso de Costa Rica) exigen un porcentaje máximo de cobertura, de modo que siempre se deje un espacio verde en la huella de un lote. La principal motivación de estos espacios “no cubiertos” es permitir permeabilidad del suelo para que el agua de lluvia se filtre y así no exceda la capacidad de los sistemas pluviales de la trama urbana.
La mayoría de las personas utiliza sus áreas no cubiertas como un simple jardín con césped. Sin embargo, el césped realmente no aporta mucho al “macro” del funcionamiento de la naturaleza. El zacate no permite crecimiento de biodiversidad y no produce mayor alimento a especies.
De hecho, en Costa Rica, las riberas de los ríos urbanos están sufriendo de sobrepoblación de Zacate Elefante. Una especie de zacate extremadamente dominante y de fácil reproducción que cubre grandes espacios de terreno y no permite que crezca el bosque nativo. Pueden estudiar un poco más sobre este tema en la investigación de Rutas Naturbanas.
¡Qué bueno sería cambiar el zacate de nuestros patios por pequeños bosques urbanos!
El porcentaje de terreno no construido exigido en la mayoría de las zonas urbanas costarricenses es de 30%. ¡Imaginen que un 30% de la trama urbana pudiera convertirse en bosques! De acuerdo con Shubhendu Sharma, de Afforestt, esto es posible.
En su empresa de reforestación aplica la metodología de Miyawaki, que consiste en la construcción de bosques a partir de la emulación de bosques primarios. Afforestt generó contenido abierto para que cualquiera pueda replicar su método, les resumo por acá:
Pasos para construir bosques:
- Se debe estudiar un bosque primario cercano al sitio de intervención, o bien, uno en una zona geográfica y climática de condiciones similares. Ahí se mapea la forma en la que crecen las plantas (hay que buscar cuáles “se llevan bien” y crecen en grupo), el tipo de especies autóctonas que crecen y los estratos de altura a los que pertenecen. Con esta información se diseña un esquema de siembra que emule el crecimiento natural del bosque primario.
- En el mismo bosque se toman las semillas para cultivarlas.
- Mientras tanto se le da un tratamiento especial al suelo para que sea rico en nutrientes y el proceso de crecimiento del bosque sea más eficaz.
- Cuando las semillas han germinado y las plantas son “bebés” se trasplantan al sitio de intervención.
- El bosque requiere mantenimiento por los primeros tres años. El mantenimiento consiste en regarlas y quitar la maleza.
- Después de tres años, el bosque ya está lo suficientemente tupido y las hojas generan la sombra necesaria para guardar humedad en el suelo. Las hojas que se caen pasan por un proceso de descomposición que termina por nutrir la tierra. Esto se llama mantillo- mulch en inglés. Es un tipo de abono natural formado por el material del bosque en descomposición y típicamente se encuentra en la parte más superficial del suelo de los bosques. De esta forma, el bosque se encarga de auto nutrirse y auto mantenerse. Es decir, a los tres años el bosque es autosuficiente.
Acerca del método de reforestación Miyawaki:
- Estos bosques crecen 10 veces más rápido que un bosque primario, son 30 veces más densos y 100 veces más biodiversos. Aclaración: no son mejores que un bosque primario pero sí una buena solución para espacios donde ya no hay bosque primario.
- Para construir un bosque en casa (o cualquier lugar) se requieren alrededor de unos 100 m2 para siembra. Esto es lo mínimo necesario para que el bosque pueda crecer con fuerza y autosustentarse.
También pueden ver más de este tema en la charla de Shubhendu Sharma en TED.
Bosque en patio de casa (antes y después), Afforestt. Foto obtenida de aquí
En la arquitectura:
Desde la arquitectura y el paisajismo también se puede intervenir a favor de la naturaleza, como lo hacen en el estudio de arquitectura paisajista VIDA.
De acuerdo con Camilla Belli y Gloriana Drossos*, arquitectas de VIDA, para cada proyecto parten de un análisis de sitio, en el que definen la mejor solución de paisajismo en congruencia con el entorno natural y con la arquitectura. Cada proyecto tiene sus particularidades pero hay algunas estrategias clave que son común para todos.
Uno de los aspectos más importantes para el diseño del paisaje es el manejo del agua. Sin importar el tamaño del proyecto, se requiere entender, ajustar y potenciar las escorrentías naturales del agua por el terreno. Estas se guían por medio canales permeables que permiten ajustar el tiempo de permanencia del agua en un lugar determinado. De esta forma, la tierra se mantiene más húmeda, se propicia un ambiente adecuado para el crecimiento de las plantas y se reduce la erosión.
Otra estrategia fundamental es incluir especies pioneras en el diseño. Estas son plantas que se ajustan más rápidamente al entorno, crecen más rápido y a su vez mejoran la calidad del suelo. Las especies pioneras generan mejor ambiente para que otras plantas crezcan alrededor. Dependiendo de las necesidades específicas de cada proyecto, también podría nutrirse el suelo con otros elementos como troncos, que guardan humedad a su alrededor y al descomponerse trasladan nutrientes al suelo.
En el proyecto Nayara Tented Camp partieron de un sitio bastante afectado por una construcción en proceso. Se aplicaron las estrategias de diseño de paisajismo mencionadas (entre otras) y se trabajó por sectores. Gracias al microclima de la zona (muy húmedo), en 2 años el impacto era notorio.
Fotografías: VIDA
En VIDA, el diseño de paisajismo lleva un proceso minucioso en el que se definen tipologías de siembra con un alto nivel de detalle: tipo de plantas, cantidad de plantas, separación entre plantas y altura entre plantas. En planos, se marca la ubicación de cada tipología de siembra, así como diseños específicos para sectores puntuales especiales y una guía técnica de las características de cada planta. El diseño se acompaña de un proceso de inspección en el que se revisa desde la calidad de las plantas suplidas por los proveedores hasta la protección del proceso de siembra de la infraestructura existente y/o en construcción.
Aunque se trata de metodologías muy distintas, en el trabajo de recuperación del paisaje natural siempre hay una constante: respetar la naturaleza propia de la zona y potenciarla. Esas plantas son resilientes, están acostumbradas al microclima y muy posiblemente van a trabajar a favor del ecosistema en general (alimentación y refugio para animales e insectos).**
Bosque pequeño inmerso en la trama urbana. Foto: Afforestt.
*Fuente: Entrevista el 24 de febrero del 2022.
**Acá les dejo algunos proyectos costarricenses enfocados en bosques, naturaleza y rescate del ecosistema.