«Tengo esta casa pero quiero convertirla en un café. ¿Qué es mejor: remodelar o demoler y hacer algo nuevo?«
¿Le suena familiar? Los procesos de remodelación pueden ser bastante complejos. Si bien parece que será más barato remodelar que construir desde cero, dependiendo del proyecto puede que sea más complicado y más caro. Estas son algunos de los temas que debe revisar antes de tomar la decisión:
1. ¿Qué tan grande es el proyecto?
Si se trata de una remodelación pequeña (un cuarto, un baño, un local comercial) puede brincarse el resto del artículo y comenzar su proyecto. Es casi un hecho que no va a tener mayores problemas y que remodelar le va a solucionar los problemas que tenía.
Sin embargo, si se trata de un proyecto grande o complejo (por ejemplo, con instalaciones electromecánicas especiales), debe saber que hay bastantes procesos involucrados y que remodelar puede tardar tanto tiempo y consumir tantos recursos como construir.
2. ¿Cuántos años tiene el edificio y en qué estado está?
Los edificios tienen una vida útil. Este tiempo varía según el tipo de materiales, el sistema constructivo que se usó y el mantenimiento que ha tenido, entre otros. En Costa Rica, por lo general la vida útil de los edificios es de 60 años.
Si el edificio que planea remodelar está muy cerca del final de su vida útil o está en muy mal estado, debe hacer una inversión considerable que incluya revisar y dar un mantenimiento exhaustivo al sistema estructural y electromecánico; además de revisar y reemplazar los materiales o acabados que ya no sean funcionales. Esto hará que se extienda la vida útil del edificio.
Si se hace una remodelación superficial, el edificio va a continuar sobre su vida útil anterior y deteriorarse rápidamente. Puede que la inversión no valga la pena en este caso.
3. ¿El uso que se le va a dar al edificio es similar al que tenía?
Si los usos son muy diferentes, el procesos de remodelar se puede volver muy complejo.
Por ejemplo, si tiene una casa y la quiere convertir en un restaurante, tendrá que hacer una reestructuración del sistema electromecánico para que aguante los equipos especiales de la cocina.
Otro ejemplo es de una casa a un bar. En este caso debe revisar la capacidad estructural del edificio. Típicamente, una casa se diseña para que aguante una carga normal de personas viviendo en ella. Un bar necesita mucha más capacidad de carga porque va a tener mucha gente adentro moviéndose, brincando y bailando.
Si es al contrario y va a convertir un edificio de uso complejo a un uso más simple (ejemplo: de un bar a una casa), no debe haber mayor problema. Lo mismo aplica si los usos son similares.
4. ¿Cuánto quiere invertir?
Si su decisión por remodelar en vez de demoler y construir de cero está motivada por el dinero, lo mejor que puede hacer es consultar con profesionales para que le valoren el alcance del proyecto. Dependiendo de lo que se pretenda lograr con la remodelación, puede que la intervención sea tan grande que alcance o incluso supere el costo de construir un proyecto nuevo.
5. ¿Es una joya arquitectónica?
Si es un proyecto grande, complejo, en un edificio viejo y se sabe que va a ser caro, queda solo una pregunta por hacerse: ¿vale la pena?
Si el edificio tiene valor histórico o un significado personal que lo hace querer conservarlo, puede que este sea motivo suficiente para valga la pena. En muchísimos casos se ha logrado rescatar arquitectura antigua para que sobreviva muchas generaciones más. Los edificios se conservan perfectamente y le agregan valor a las ciudades.
¿Listo para comenzar su proyecto? Hablemos.